Afición sin límites Parte I - Luis Pérez Companc

Luis Perez Companc: AI saber que estaba trabajando para Motor Clásico, Juan Fernández confesó su deseo frustrado de haber corrido con algún coche en pruebas clásicas. "Sin embargo después de 40 años de carreras desapareciendo todos los fines de semana, si ahora siguiese con los clásicos, seguro que me echan de asa", comentaba con sorna.


Juan Fernández, un sabadellense proveniente de una familia con negocios textiles, comenzó con la afición a las motos por su amistad con Juan Bultó, el propietario de Montesa. Desde muy joven comenzó a correr en motos e incluso a salir fuera de España; algo que, a mitad de los cincuenta, exigía una serie de trámites nada fáciles, como la obtención del pasaporte. Para que le extendiesen el preciado documento para correr en el Gran Premio de Regularidad de Montecarlo ¡tuvo que ir vestido de motorista con su Montesa Brío 90 hasta la Comisaría! antes de salir desde allí, directamente, hacia Francia.


Juan era un piloto veloz, muy organizado y muy regular, con muy pocos accidentes en su haber. Pero pronto despertó su interés por los automóviles; comenzó corriendo como copiloto de Farrás (con un Pegaso) y -bastantes veces- con Salvador Fábregas, el que luego sería durante mucho tiempo Presidente del RAC de Cataluña.

"En aquellos tiempos los rallyes eran toda una aventura. No había rutómetro, no te decían donde comenzaban los tramos cronometrados y los mapas eran escasos. Nadie entrenaba y recuerdo que el primero que hizo papeles (notas de los tramos) fue Estanislao Reverter, que en las dos primeras carreras que los hizo nos pegó una paliza tremenda a todos”.

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